Desde la edad de seis años empecé a notar que mi realidad no era la de todos los demás.
Algo se movía a mi alrededor que no era fácil explicar.
Con el paso del tiempo, el encuentro con personas importantes, el aprendizaje, el estudio, el trabajo constante y ahora con la experiencia, puedo entender que las energías, llamémoslas cósmicas, divinas o universales, son las que mueven el mundo.
Conseguir canalizarlas, sentirlas y entenderlas, me permiten hoy día ofrecer ayuda a quien me la solicite, siempre y cuando esas energías así lo deseen.
Aquí me tienes si tú también consideras que la necesitas.
Hasta pronto.